Etera Comunidad

Este es mi sueño, de mis ancestros y quizás tuyo;
quizás lo sabes, lo sueñan corazones puros.

Se gesta en la noche, en sueños que tejemos,
Brilla en las estrellas, por miradas que merecemos.

Se anuncia en cantos, en aves y astros danzantes,
Elementales testigos, en susurros vibrantes.

Es milagro celestial y es esfuerzo humano,
Manos entrelazadas, tejemos un mundo sano,

Un acto de amor, en corazones centrales,
El futuro tejido con hilos de sueños ancestrales.

(soñador anónimo@)

Anoche tuve un sueño en el que me veía dentro de la naturaleza. Observaba edificios circulares llenos de color, vida y alegría. Desde la distancia, una voz amiga, que parecía surgir desde lo más profundo, decía:

En este mundo, las ciudades, por su naturaleza evolutiva, se llaman “Corazones”, cuyo nombre se adapta según la lengua en la que se pronuncie; no son ciudades, sino corazones. Cada una tiene un estilo propio, encardinadas en una locación geográfica específica y de acuerdo al espíritu de los corazones que la crean y la habitan. Estos corazones “bautizan” cada ciudad con un nombre que transmita la belleza del entorno, su riqueza, y el sentimiento de sus habitantes. El nombre es evolutivo, vivo, mórfico. Existen muchas ciudades, algunas en las costas, otras en los bosques entre montañas, otras en el desierto y en medio de lagos. Algunas en el mar y bajo él. Todas con un sentimiento y corazón, un latido conjunto.

Un Corazón se conforma por una ciudadela interna, que sirve de conexión entre otras 6 externas. Cada una de ellas es el complemento de todo el conjunto. Así mismo, cada ciudadela es rodeada por asentamientos de menor tamaño, mismos que son nutridos energéticamente por la ciudadela a la que pertenecen. En el espacio entre la ciudadela y los asentamientos externos hay extensiones del ecosistema y relieve propio del lugar (selva, desierto, montaña, playa, mar), depende del tamaño y visión de cada una. Los asentamientos de las ciudadelas se ubican en relieves distintos, unos en las colinas, otros a la orilla del mar; todos ellos colocados a distancias proporcionales uno del otro. Así mismo, el medio de transporte y comunicación, o las avenidas principales que conectan las 7 ciudades dependen de las particularidades de cada sitio.

Ahora nos encontramos en Akal, un corazón ubicado cerca a las aguas sagradas de los atlantes toltecas. El sistema de transporte en este Corazón, es parecido a trenes elevados. Este Corazón se asienta en medio de la selva y coexiste de manera armónica con ella. Los trenes de diseño aerodinámico van sobre la copa de los árboles, mismos que hacen el mínimo ruido al pasar; emiten más bien un sonido agradable, como el de un cuenco tibetano. Es un mecanismo de gravedad controlada lo que los mantiene perfectamente estables y ligeros.

Por debajo, en tierra firme, hay senderos para caminar o correr, al igual que unas ciclovías y carriles con tecnología similar a la de los trenes. No hay vehículos como se conocen ahora; no es necesario el uso de combustibles. La mayoría de habitantes utilizan los trenes ligeros para trasladarse por distancias largas de forma rápida. Las distancias cortas son recorridas en bicicletas mecánicas y automóviles compactos con una forma capsular, mismos que utilizan un motor silencioso que obtiene energía del campo cuántico del vacío. Aquí la gente se da el tiempo para caminar sin prisa; de escuchar y de sentir la tierra. Bienvenido al eterno y feliz presente.

Los diseños de los edificios y de las ciudades destacan particularmente por su naturaleza arquitectónica. Para que aquellos que no son de aquí puedan imaginarlo hay que mirar la naturaleza, las raíces de un árbol viejo, observar la belleza y sencillez de una flor y su perfecto diseño, la manera en cómo vuela un colibrí; ver un caracol y una colonia de abejas, una tela de araña. Las proporciones armónicas permean todo en los Corazones. Tanto en las ciudadelas como en los asentamientos, en los diseños constructivos se emplean patrones geométricos basados en geometría sagrada. Los diseños van desde los más simples y minimalistas hasta los más complejos y fascinantes.

Es posible ver todo el planeta lleno de armonía, todo el planeta vivo y vibrante; un verdadero paraíso. Este paraíso proviene de otra dimensión, como si todo hubiese evolucionado; un lugar en el que los mismos seres que la habitaban coexisten de tal modo que algunos simplemente eligen ser luz.

Recuerda que es sólo un sueño. Si te cuesta creerlo entonces imagínalo como un cuento. Sé que es posible pero requiero de ti, con que lo sueñes basta. Como un niño que sabe que el cuento es fantasía, pero desde lo más profundo de sí sabe que es verdad, porque lo puede sentir y vivenciar.

Cada ciudad Corazón es interdependiente de cada una. A todas las une el mismo sentimiento y sueño y todas entre sí tienen una colaboración, enriquecimiento, intercambio, comercio y hermandad. Están formadas con habitantes que llegaron de todos lados, de distintos colores y expresiones, todos como uno para crear un nuevo pueblo.

El lugar ideal para el asentamiento de estas ciudades es uno que reúna ciertas características básicas:

  1. Acceso al agua pura y potable de manantiales, ríos, lagos y/o mantos acuíferos.
  2. Belleza natural del entorno. Clima variado y amigable. Depende de la latitud y altitud a la que se encuentre. La Ciudadela Principal en algún punto intermedio, valle o meseta. Los asentamientos de las primeras tres tribus en tierras bajas y las de las últimas tres tribus en tierras altas.
  3. Ubicación socio-cultural según el ecosistema. La tribu de la tierra dando la bienvenida, cerca de tierras aptas para el cultivo. La del agua junto a los cuerpos de agua más grandes. La del fuego asentada en espacios diseñados para la práctica ceremonial. La tribu de la luz con un observatorio, en un lugar aislado y de acceso intrincado. La del sonido en un valle silencioso. La del silencio en lo más alto en una colina, montaña o majestuosas edificaciones.
  4. Establecidas a una distancia proporcionada una de otras y con cierto margen de cualquier ciudad habitada actualmente.

El sistema básico de las ciudades es un reflejo de la primera ciudad que habitamos, nuestro cuerpo. Los habitantes son capaces de percibir sus cuerpos más allá de la materia; pueden percibir 7 centros o vórtices que constituyen sus cuerpos energéticos, aquellos que fluyen con la energía del vacío. De esa misma forma, las ciudades se fractalizan de manera hermosa y perfecta en 7 centros de comunión social, los cuales son las ciudadelas. El diseño surge de la forma natural de la vida misma, como una flor, como un espiral, un toroide, un mandala, un disco que gira.

Comprendí que esta sabiduría ha estado siempre ahí, dentro de nosotros, en el mismo código genético. Todo tenía sentido; todo era uno y uno era todo; todos somos uno, uno somos todos. Cuando estas palabras surgieron en cada centro de mi propio cuerpo, la voz de la eternidad se dirigió a mí en un todo dulce y compasivo:

Vita Consciente es nuestra filosofía, la cual busca hacer prevalecer y expandir la Vida y la Consciencia a lo largo y ancho del cosmos. Esta filosofía se define a sí misma como universal, la cual simplemente compila todas las filosofías interplanetarias que trabajan a favor de la vida y de la consciencia. Para los habitantes de las ciudades Corazón, la vida consciente es el activo de mayor valor a lo largo del Universo..

Las guerras han pasado de ser externas a internas. Las sociedades no luchan más por la extinción de sus paralelas. Se invita a todo habitante de las ciudades Corazón a atender la guerra interna para alcanzar la impecabilidad del cuerpo y del espíritu; dando como resultado una guerra florida. Todo armamento nuclear construido en épocas pasadas por los habitantes del viejo mundo ha sido utilizado para el realineamiento planetario de cada cuerpo del sistema solar, aproximándose a obtener órbitas circulares de proporciones armónicas que ponen en equilibrio las estaciones y ciclos planetarios.

El sistema socioeconómico es robusto en cada Corazón, siendo cada ciudadela un punto generador de riqueza y recursos con objetivo complementario a cada ciudadela restante. La moneda se manifiesta en dos formatos. Uno digital, que funciona en ordenadores cuánticos que cada habitante tiene en sus hogares y con un sistema descentralizado, es decir, no existe ninguna institución bancaria que lo regule sino un código perfectamente diseñado para depender de todos los usuarios y su honestidad en cada transacción. El segundo formato es en forma de materiales preciosos, como lo es el diamante, el oro, la plata, materiales superconductores, piedras de gran belleza natural y semillas como el cacao, nueces, macadamias o almendras. La divisa digital es útil para transacciones entre Corazones de todo el mundo, mientras que la divisa en forma física es utilizada en cada localidad para el trueque, de tal forma que mantiene un valor fluctuante según las necesidades de cada ciudadela y asentamiento. Aquí, todas las necesidades de cada habitante están cubiertas por el sistema económico y energético descentralizado, haciendo que las divisas sean utilizadas únicamente para el turismo, la construcción y la obtención de bienes enfocados al arte. Los dispositivos de transporte, medicina, vestimenta o telecomunicación son tan avanzados y asequibles que no es necesario crear diferentes tipos de calidades, todos tienen acceso a la mejor calidad disponible.

LAS TRIBUS

Cada tribu se distingue por un color, y no es que se vistan sólo de ese color sino que es la manera de identificar a la tribu a la que cada habitante “pertenece”. Cada quien es libre de vestirse como más lo desee, utilizando las telas, diseños y materiales que sienta en su corazón. Se invita a la utilización de productos naturales y orgánicos. Los únicos que visten de blanco en todo momento son aquellos que viven en la tribu del Silencio.

Todas las tribus forman parte de una sola gran familia. Cada tribu tiene un centro o templo para sus actividades principales. Los huéspedes de los hostales pueden ir a compartir con la tribu que sientan más afinidad y pueden asistir a las tareas y trabajos de cada una de ellas. Los visitantes que llegan a la granja comienzan su camino por cada una de las tribus comenzando con la tribu Tierra. El tiempo de estancia en cada tribu es de 2 ciclos lunares, después de los cuales pueden pasar a la siguiente tribu. En caso de seguir su camino por otras partes del mundo antes de completar su estancia por una tribu determinada, pueden continuar con su trayecto al regresar. Se respeta y honra todo sistema de creencias. Se alienta a la comunicación con el ser eterno que habita dentro de cada corazón; ese ser que tiene la risa de un niño y la mirada de un anciano lleno de vida; ese infinito que se viste con nuestras pieles y saluda con nuestras pupilas. Tampoco se impone una manera de comer determinada, mas se invita a que se haga de manera consciente. Se promueve la gratitud hacia Gaia y cada uno de los seres que la habitan, hacia todos los elementos y toda la existencia, sabiendo que la bondad y el amor son el vínculo más fuerte.

Los habitantes de cada Corazón sienten que todo está conectado, que somos uno, y con ese amor, que ya no sabe de separación, todos se ven a sí mismos como familia. No hay más enemigos. Este es un sueño sin lucha en el que todos tienen las mismas oportunidades para amar y ser amados, para comenzar de nuevo. Al completar el ciclo solar (dos ciclos lunares en cada una de las primeras 6 tribus) se les considera ciudadanos de la ciudad. Son bienvenidos oficialmente en una ceremonia de magia y amor y tienen la oportunidad de un espacio y los recursos para construir su casa siguiendo el diseño que su corazón les diga y el de la ciudad. Los nuevos habitantes toman una responsabilidad en la tribu que su corazón elija. El sistema de Hostales-Granja es replicable de manera sencilla en muchas partes del mundo, sentando así las bases de una fraternidad de ciudadelas. En su momento, los caminantes podrán vivir su camino por las diversas tribus en todos los continentes de nuestra amada Gaia.

Antes de comenzar su nueva vida en la tribu de su elección, los nuevos ciudadanos pasan los primeros dos ciclos lunares en la tribu del silencio. Esto garantizará que se conozca a fondo la filosofía de la ciudad Corazón y que existe el compromiso auténtico de formar parte de la misma. Después de este tiempo cada uno tiene una nueva oportunidad de elegir si desean continuar con su camino en otra parte o ser parte de la ciudad. Son ellos los corazones de la Ciudad Corazón. Todos son libres de vivir ahí cuanto deseen o de seguir su paso por este jardín de juegos, este paraíso hermoso que es nuestro Planeta. Siempre serán bienvenidos con los brazos y los corazones abiertos en su Ciudad y en todas las otras Ciudades Corazón alrededor del Universo.

Tribu Tierra

Es la tribu con mayor número de integrantes. Su virtud es la valentía y la fuerza. Es la tribu del abrigo y el sustento. La tribu que enseña a caminar con los pies descalzos y bien puestos sobre la tierra. Llena a sus habitantes y visitantes de confianza en ellos mismos y les motiva a vivir el aquí y ahora.

Aquí se aprende a trabajar la tierra, valorar el sabor de una mazorca de maíz rojo criollo. Se recuerdan técnicas de bio-construcción y se colabora en la edificación de la ciudadela. Se recuerdan también técnicas de supervivencia y nociones básicas de medicina herbal. Se recuerda a caminar con los pies descalzos sobre la tierra y a sentirla, para después poder materializar los sueños. Esta tribu hace experimentar el valor del trabajo y disfrutar el fruto de su esfuerzo. Enseña a ser abundantes como la tierra misma y abre el infinito abanico de posibilidades que somos. Son una de las tribus a cargo de la escuela de Construcción y contribuyen en la escuela de Permacultura.

Los que dediquen tiempo en esta tribu recordarán que son hijos e hijas de la tierra y latirán con el corazón de la madre. Son los responsables del Festival de Equinoccio de Otoño. Es la tribu de los artesanos, de los que manejan la madera, los metales y el barro y crean obras de arte funcionales y bellas.

Este lugar abre paso a las demás tribus y sirve de inicio y bienvenida a una nueva vida. Aquí se inicia un viaje hacia el interior para descubrir los fundamentos de tus creencias básicas.

Tribu Agua

Una vez que se aprende a sobrevivir llega el momento de saber vivir. Es la tribu de las emociones, del sentir. Su elemento es el agua y de ella aprenden a amar y dejar ser. Aquellos que dediquen su tiempo en esta tribu dejan que el agua de los ríos laven las culpas que aprisionan por dentro, que el mar se lleve recuerdos. Son los hijos e hijas del agua y de la luna que aprenden a sentir el agua que llevan dentro. Esta tribu tiene bajo su responsabilidad la atención de los huéspedes y visitantes. Llenarlos de amor y energía positiva. Son responsables también del Festival de Solsticio de Verano. Dentro de sus tareas está el abastecimiento, distribución y tratamiento del agua de la ciudad, así como el uso y cuidado de todas sus fuentes. También están a cargo del tratamiento de agua en la escuela de Permacultura.

Después de los dos arduos ciclos lunares en la tribu tierra, la tribu del Agua conecta a sus habitantes y visitantes con el placer de vivir. Aquí se aprende a abrir la percepción para sentir con los sentidos internos. Se experimenta el éxtasis del vivir, el orgasmo de cada respirar. El tiempo aquí se convierte en un momento de más relajación para darse la oportunidad de conocer y conocerse jugando. Hacer amigos que se conviertan poco a poco en hermanos. Al final la vida es un juego y no hay mejor lugar para dejar que renazca el niño o niña interior que aquí.

Los habitantes de la tribu del agua son los maestros y maestras del movimiento. En esta tribu se aprende y enseña el arte como expresión. Es el lugar de los que usan el color y la forma, de la pintura y la escultura. El ocio creativo induce al arte. Se recuerda y perfecciona la sacralidad y belleza de la danza, dejando al cuerpo fluir como el agua al son del momento. Por ello son los principales responsables de la escuela de Arte. Las horas de trabajo común (2 a 4 horas diarias) continúan.

Aquí se recuerda lo sagrado que es el ser, así como el valor de la vida. Aquí es el momento en el que se tiene una cita consigo mismo para enamorarse del Ser interior. Será un momento para dejarse amar por la creación personal. A veces para amar hay que dejar ir. De hecho en cada paso del camino se tiene que dejar ir. Es parte de un proceso natural que se llama vida. Aquí es necesario aprender que lo que realmente se deja ir es el miedo. Esa es la llave que desbloquea las demás tribus.

Tribu Fuego

Es la tribu del poder de la paz; de la risa y la amistad. Es la tribu del espíritu alegre y magnánimo, son los hijos e hijas del Sol; despiertos y con ganas de vivir. Se recuerda dejar brillar el sol que se lleva dentro. Se les confía con más iniciativa y es el momento de ejercer más liderazgo. Son los guardianes del fuego de la Ciudad Corazón.

Ya han adquirido suficiente experiencia. Es momento de cambiar el juego. Ya no hay trabajo, hay cariño. Ya no hay deberes, hay cariño. Ya no hay obligaciones, tan sólo hay cariño. Aquí se practica reír a carcajadas de la vida y con la vida. Se despierta la imaginación y se permite soñar lejos. En esta tribu despierta el fuego que mueve a la acción.

Esta tribu tiene bajo su responsabilidad las actividades en el campo, los cultivos y el abastecimiento de granos. Aquí se aprende a utilizar el fuego como el elemento sagrado que es; a ser uno con él. Se recuerda el significado del hogar. Se aprende a cocinar y llevar el calor a un corazón frío cuando se requiera de él. Son los responsables de la organización del festival de Equinoccio de Primavera. Son los principales responsables de la escuela de Permacultura, pues no sólo han aprendido a relacionarse con la Tierra sino que tienen la energía suficiente para contribuir activamente a su trabajo y pleno desarrollo.

Es un punto de asimilación; ha pasado medio ciclo solar. Cada paso de tribu siempre es un momento para dejar que el corazón elija seguir a la siguiente tribu o continuar por otro camino. Las puertas siempre están abiertas para regresar.

Tribu Aire

Es la tribu del Corazón. Es el centro de todo. Su virtud principal es la compasión y la unión. Esta es la tribu que enseña a entrar en armonía entre el cielo y la tierra, entre el cuerpo y el espíritu, entre el sentimiento y el pensamiento. Son los hijos e hijas del aire quienes fluyen como hojas en el viento. Aquí se recuerda respirar y a sentirse en cada aliento. Se recuerda también que los habitantes y visitantes son el motor de la vida. Las tareas de esta tribu son de unión y servicio. Este es el momento para abrir el corazón de par en par y amar sin miedos, siendo ligeros.

Se recuerda que la mayor defensa del corazón es un corazón abierto. Se termina de quebrantar las corazas que impiden al corazón salir y brillar, de romper esa armadura de dolor y miedo. Los habitantes y visitantes se dan cuenta del poder del corazón. Un poder infinito cuando se ama de forma incondicional.

Se caracterizan por su amor a los elementos y a todos los seres vivos. Organizan el Día de Acción de Gracias. Son los responsables de cuidar el ecosistema, su flora y fauna endémica. Trabajan con la energía renovable y sustentable. Aquí se aprende más sobre la magia y poder medicinal de las plantas y los distintos reinos que habitan en Gaia. Al regular el flujo entre las distintas tribus se convierten en los comerciantes, los distribuidores y administradores de la riqueza, una riqueza que nace del corazón y se distribuye a todo el cuerpo.

Es la puerta de acceso a las áreas más sutiles del sentimiento. Se recuerda que uno es el portal y el puente de todos los sueños, creaciones y dimensiones. Los habitantes y visitantes de esta tribu logran dominar su ciclo de respiración para hacer del éter la fuente de energía que alimenta sus espíritus. Logran sensibilizarse al punto de desarrollar habilidades de percepción extrasensorial.

Tribu del Sonido

Aquí se entra en otros estados de existencia, donde todo se hace más sutil. Es la tribu de la sutileza y de la armonía. Se es capaz de percibir las distintas vibraciones y sonidos. Se recuerda que somos más energía que materia y a través de la armonía de los elementos en el cuerpo será posible escuchar la música que nace desde el interior. Entonces el ser se convierte en un instrumento que canta la música de todo el universo. Los habitantes y visitantes practican el dejar fluir dentro de sí el sonido primordial: el OM que suena a través de todo y todos. Se aprende a sentir el ritmo interior y a sacar la música de todos los elementos. Se canta la verdad individual sin miedo. Se aprende a tocar los instrumentos que el mismo corazón sienta.

Esta tribu reúne a todos los que sienten la vocación de la música, el ritmo y el canto. Son los responsables de musicalizar todos los festivales. Aquí se recuerda que la palabra es sagrada; que la palabra es vida. Se es más consciente al hablar y cantar, al pronunciar decretos. Se recuerda de un antiguo lenguaje, el del sentimiento. Se aprende a hablar con el corazón, con una mirada, con una sonrisa, con telepatía.

El paso a la siguiente tribu es suave. Sin prisas. Sin llamar la atención, en silencio. Antes de dar el siguiente paso es un buen momento para sentir el corazón y purificar la intención.

Tribu de la Luz

Conforme uno va avanzando por las diversas tribus se aprende a amar de muchas maneras, de todas las maneras posibles. Al llegar a esta tribu, el corazón se abre a una visión sin filtros de juicio, de claridad pura. Esta es la tribu del conocimiento y la claridad. Aquí se aprende y se experimenta la magia del espejo. Al amar de forma incondicional es posible ver más allá. Uno se da cuenta que el pasado y el futuro no existen, que sólo hay un eterno presente. Se trascienden los conceptos del bien y del mal, dando paso a la unidad. Se puede observar con amor y serenidad. Se deja ser lo que ya es.

Se estudian y observan los movimientos del sol, la Luna y las estrellas. También se estudian las filosofías espirituales de toda la historia registrada. Son los portadores del conocimiento que nace de la mente y del corazón. Se aprende a sentir y saber; a confiar en la intuición. Se activan los códigos inscritos en el Ser, la huella digital de la divinidad. Se abren todos los sentidos internos. Se aprende a abrir la glándula pineal a voluntad. Los habitantes y visitantes se vuelven transparentes como el cristal, permitiendo que la luz y la oscuridad pasen a través de sí mismos. Se aprende a reflejar la luz en todo su espectro, al igual que a respetar a la oscuridad como la maestra indispensable, sabia y amorosa que es en el camino de la vida.

Son los responsables de llevar las cuentas astronómicas. También organizan el Festival de las Luces y la celebración del Solsticio de Invierno. Son maestros y maestras en pirotecnia, electromagnetismo y alquimia. Aquí se practica la infinita capacidad creativa e inventora del Ser. Es momento de salir de la caja de creencias limitantes y ver todo con una perspectiva nueva. Se refina el poder de crear. Es el lugar de los diseñadores y arquitectos que encontraron el primer diseño de todo dentro de ellos mismos. Tienen bajo su cuidado la luz de la ciudad. Regulan las luces nocturnas para que permitan a la noche lucir en toda su belleza. Son también responsables de la escuela de Tecnología y Comunicación, contribuyendo con arquitectura en la escuela de Bio-construcción.

Aquí se recuerda que la luz verdadera está dentro y entonces uno se da cuenta que todas las otras luces son sólo el reflejo de la primera. Es posible ver la magia verdadera que está en todo, en todo momento. Se ve más allá de lo evidente para encontrarse con lo que siempre ha estado ahí. Se pule la consciencia de la intención. Se recupera y expande el poder personal, recordando que se es ya lo más divino. Se experimenta la veneración y el honor de existir y de verse reflejado en cada mirada, en cada sueño, en cada creación. Pero sobre todo se practica humildad.

Después de terminar el caminar por esta tribu, se otorga la ciudadanía con todos sus beneficios que son sólo oportunidades para servir más, para compartir.

Tribu del Silencio

La última tribu; y la primera. Son los últimos tres ciclos lunares del proceso, su culminación y, al mismo tiempo, los primeros tres ciclos lunares de una vida nueva. Todo parte del silencio, por ello estos días se viven en silencio. Los hijos del Silencio viven y conviven en la Ciudad, participan en el trabajo comunitario, comen con todos pero permanecen en silencio para poder escuchar. Es silencio del juicio, de la mente, de las palabras; la risa y el suspiro no son palabras.

Son maestros y aprendices del dejar ir y dejar ser. Se aprende sobre la importancia personal. En el proceso se amará tanto el día como la noche, la luz como la oscuridad, sin connotaciones de moralidad. Se deja a la luz brillar en toda su belleza y se respeta la oscuridad sin querer iluminarla, dándose cuenta que es igual de bella. Y así se comprende que entre más oscura es la noche más brillan las estrellas. Se unen el sagrado masculino y el sagrado femenino dentro de cada individuo, encontrando la paz y la armonía interior. Entonces el Yin y Yang son uno, manifestando el Tao.

Su oficio principal es la meditación y el servicio. Son los guardianes de las flores y los responsables principales de sus viveros. Trabajan en la elaboración de esencias e inciensos. Cultivan el amor a los pequeños detalles, haciendo la mayoría de contribuciones a la comunidad bajo el anonimato. Se dedican a la contemplación y a la escucha. Pueden compartir y hacer uso de la palabra en el día de fiesta principal del mes en el que estén. Se dan cuenta que no hay nada que explicar ni demostrar, más que vivir y amar. Viven la experiencia de amar todo en silencio, siempre. Se permiten respirar y ser. Son los responsables de abastecer de flores durante los festivales del año.

Una vez ciudadano de la Ciudad Corazón y concluidos los dos tres ciclos lunares en la tribu del silencio se elige la tribu en la cual se quiere vivir y se hace el compromiso personal de servir y vivir en esa tribu por el espacio mínimo de un año. Una vez concluido ese periodo se tiene la oportunidad de cambiar de tribu o de seguir ahí. Sólo en un caso especial y con la autorización o por petición del consejo general se podrá cambiar de tribu antes de tiempo. Para viajar o irse de la Ciudad basta con presentar al consejo local el aviso para poder cubrir su lugar y responsabilidades.

Se recomienda hacer el viaje en solitud, pero cada uno elige la manera de vivir su experiencia. También las familias son bienvenidas a hacer juntos la travesía. Lo que une a todas las tribus por igual son las 2 o 4 horas de trabajo en los viveros y el campo. Ahí todos comparten tiempo en comunidad. Y en el caso de los huéspedes y caminantes, los lugares para compartir son la cocina, el fuego del hogar, y las horas en las que se comparte el sustento, las fiestas de abundancia y el fruto del esfuerzo colectivo.

Pero lo más importante en este momento es que no olvides nada de esto; que lo guardes muy profundo en tu corazón para que este sueño se convierta en tu realidad.

“¿Por qué ha sido otro el camino que hemos tomado?” Fue la pregunta que de manera espontánea surgió en mi interior. Contemplar tal sistema me hacía creer que era simplemente obvio; sólo mirar la naturaleza era suficiente para entender que así evolucionaría una sociedad pensante. Parecía ser más complicada e irreverente la realidad en la que me encontraba antes de llegar aquí.

Como los instantes previos al despertar de una larga noche de sueño, pude percibir a mis sentidos volverse a mi cuerpo, aquel que había dejado en aquel lugar del que ya me había olvidado. Sentí un suave cosquilleo en el cuerpo, una clara sensación de temor, por dejar atrás este perfecto espacio, por que el recuerdo de mi experiencia se evaporara como lo hace el agua. En un intento por sostener el momento, dirigí mi consciencia hacia mi pecho, aquietando lo que aún percibía como mi respiración y que en aquel mundo se manifestaba como energía, como luz. Como una sensación de caída libre, me encontré desplazando la consciencia nuevamente, con una actitud de rendición y completa certidumbre de que todo estaba bajo control.

Y de pronto, me di cuenta que mi consciencia se encontraba en el cuerpo de un águila en pleno vuelo, mirando mi cuerpo humano a lo lejos disfrutando de un momento en familia. Sentí un potente amor hacia mí mismo y hacia quienes me rodeaban. No pude distinguir un origen racional de tal emoción, pero era una sensación de éxtasis que me llenaba de gratitud y pura contemplación.

Decidí aceptar la dicha de aquella experiencia sin cuestionarla, sino abriéndome a la vivencia sin necesidad alguna de controlarlo.

Deseé con todas mis fuerzas quedarme en ese eterno presente, donde no había ni ayer ni mañana; que los retratos surgidos de aquel viaje quedaran por siempre en mi corazón. Pero supe que no necesitaría quedarme ahí. Comprendí que todo había sido como mirar a través de una ventana hacia un mundo desconocido, eterno y existente. Sabía que eso era más que una idea o una fantasía, era un punto en el espacio-tiempo ubicado en una de las infinitas ramificaciones de la realidad imperceptible. Lo había vivido, lo había sentido, sentí un recableo en mi sistema nervioso. Y al igual que al inicio de mi viaje, confié en que regresaría para contar lo ocurrido. y los recursos en una era dorada.

1 Comments

  1. GERARDO LORIA SANMARTIN on agosto 28, 2023 at 11:49 pm

    Realmente brillante felicitaciones una bella visión que unida con la visión de otros conformara un proyecto de luz y amor, este texto me ha hecho pensar y creo que modificare algo del proyecto de EL EDÉN de ECO-ALDEAS INTEGRALES, sera grato trabajemos juntos este tema

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